lunes, 17 de enero de 2011

Ungidos para sanar

"El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor." Lucas 4:18-19

Ungidos para sanar es un mensaje para todo aquel que quiera vivir una vida con propósito. Para muchos la vida es solo beber, comer, trabajar, ir de fiesta y compartir con los amigos, pero otros nos hemos dado cuenta como el sabio Salomón que todo eso es vanidad. Por tanto, debemos buscar metas y propósitos más eternos.

Por ejemplo, ayudar a los demás hace de nuestra vida una con sentido y nos aleja de las depresiones, pues nos mantiene ocupados y al mismo tiempo sentimos que somos productivos. ¿Qué podemos hacer? Hay muchas posibilidades a esa pregunta. Dado que hay mucha necesidad en este mundo, en especial en nuestro país es mucho el trabajo que podemos realizar. Solo tenemos que tener el deseo y la motivación para realizarlo. Jesucristo mismo dijo: "A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies." Mt.9:37-38 El Señor quería que sirviéramos. ¿Qué tipo de servicio? Pues Lucas nos dice:

· Anunciar el Evangelio de salvación
· Atender los pobres
· Sanar a los quebrantados de corazón
· Pregonar libertad a los cautivos
· Dar vista a los ciegos
· Poner en libertad a los oprimidos
· Predicar el perdón del Señor


¡Qué valiosa la labor que tenemos para realizar! Todo lo que debemos hacer es empezar. Lo más hermoso es que Dios nos ha equipado con lo necesario para realizarla. Por eso dice la Palabra: "por cuanto me ha ungido para..." Si has recibido al Señor como tu Salvador el Espíritu de Dios mora en tí (hablaremos de esto más adelante) para que tengas la unción, el poder y la autoridad para realizar esta labor. Recuerda: "Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas." Salmo 126:6

No hay mejor recompensa que esa; el regocijo que se siente de poder ayudar a otros, consolarlos o acompañarlos en la carrera de la vida. Se siente que se es útil y esto da sentido a la vida.

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