martes, 16 de julio de 2013

¿De donde emana la autoridad?

Ayer en el programa de "Fuego, Unción y Poder" los pastores Marisol Rivera y Danny Rodríguez mencionaron en su mensaje la costumbre que existe entre algunos cristianos de saludar con un "Bendecido"; o "Te bendigo". Además de las mencionadas otras expresiones tales como "te tengo una palabra" y "te reprendo" no mencionan un elemento importante de toda bendición cristiana, el nombre de Dios. 

Hasta hace un tiempo atrás la costumbre común era decir "Dios te bendiga" pero de un tiempo para acá se usan las expresiones mencionadas arriba. 

Leamos un texto que mencionó la hermana Marisol durante el mensaje: 

No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Judas 1: 8,9

Fíjense como el arcangel Miguel, un arcángel que es un ser con el rango más elevado dentro de la creación de Dios se cuidó de usar el nombre de Dios al luchar en contra del diablo. 

Los seres humanos no tenemos autoridad en nosotros mismos para bendecir ni para reprender. La autoridad la tiene Dios. El Señor Jesucristo nos mandó a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28: 19). Fíjense que no se nos mandó a hacerlo por nosotros mismos. De igual manera en una ocasión los discípulos le señalaron a Jesús a uno que reprendía a los demonios en el nombre de Jesús pero no los seguía (Lucas 9: 49). Los discípulos de Jesús, los apóstoles se lo prohibieron. La respuesta de Jesús es interesante en este asunto porque les dice que no se lo impidieran porque estaba actuando a favor del evangelio. El que ese hombre usara el nombre de Jesús SIN SEGUIRLO es una muestra de que reconocía la autoriadad. Jesús validó su ministerio porque ese hombre lo hacía en el nombre de Jesús y no por cuenta propia. Esa es la maner correcta de hacer las cosas en el evangelio para que la gloría sea de Dios.

De la misma manera que la autoridad para reprender no emana de los hombres sino de Dios, la autoridad para bendecir tampoco. Decir "te bendigo" es decir que la persona es la que está bendiciendo y la autoridad enama de él o ella. Decir "bendecido" es decir que ya la persona está bendecida pero, ¿por quién? La manera correcta de hacer las cosas es "en el nombre de Jesús" como vemos en los siguientes textos: Hechos 5:40; 8: 16; 9: 27; 10: 48; 19: 5. 
Cuando el apóstol Pablo hablaba o hacía cualquier cosa lo hacía "En el nombre del Señor" (Hechos 9: 29) 

Como vemos desde el ser con más autoridad en el cielo, hasta el apóstol Pablo la autoridad del Señor a la hora de reprender un demonio o desearle la bendición a alguien se hacía en el nombre de Jesús, El Señor no en sus propio nombres. Si estos gigantes de la fe que fundaron nuestra fe cristiana ne recurrían a su propia autoridad, ¿como alguien hoy día se atreve a hacerlo?

La forma de "bendecir" que usan las personas que dicen "te bendigo" no aparece en ninguna parte de la Biblia. El apóstol Pablo comenzaba sus epístolas deseando "Gracia y paz de [parte de] Dios y del Señor Jesucristo". Santiago saludaba con un "salud". Pedro decía "gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús". Juan saluda diciendo: "Sea con vosotros gracia, misericordia y paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo, hijo del Padre..." Finalmente Judas se dirige a los "llamados santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo. Fíjense que en ninguna parte del Nuevo Testamento se usa la forma de saludar de "bendecido" o "te bendigo". 

Recordemos que algún día tendremos que darle cuenta a Dios de toda palabra que hallamos dicho en esta vida (Mateo 12: 36) y eso incluye las veces que hayamos usurpado la autoridad del Señor al bendecir sin hacerlo en su nombre. 

La manerra correcta de saludar es "Dios te bendiga" ó "El Señor te bendiga" porque se le está dando la gloria a Dios y se reconoce su autoridad. NO lvidemos que nosotros somos siervos de Cristo y le serrvimos a él. La autoridad no emana de nosotros. La fuente de la bendición es Dios.

Dios les bendiga. 

Nota: Algunas partes de este escrito fueron tomadas de lo que dijo la hermana Marisol en el programa y otras de lo que dijo sobre el tema en una clase en el Instituo Elim a la que asistimos mi esposa Marilén y yo. Algunos textos los añadí como complemento.


Nota: Publicado originalmente en el grupo de Facebook del Movimiento Misionero Mundial de Cidra. 

https://www.facebook.com/groups/240686924263/permalink/10151711258419264/


sábado, 6 de julio de 2013

10 cosas que aprendí sobre los pastores

Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10:11

¿Tú quieres a tu pastor?

Muchas veces vemos a nuestros pastores y no entendemos lo difícil de su trabajo. Ser pastor es una profesión que genera mucha tensión, sufrimiento pero alegría también. Veamos porqué:

1. Ellos sienten el llamado de Dios. Responder a un llamado no es algo fácil. Implica un compromiso serio y el dejar atrás muchas cosas.

2. Aman a sus iglesias. Ese amor los lleva a soportar muchas cosas.

3. Trabajan fuerte. Si ustede cree que el único trabajo de un pastor es predicar váya y pregúntele a uno. Un pastor trabaja aproximadamente 60 horas a la semana.

4. Sufren mucho cuando hay conflictos en la iglesia y hermanos problemáticos.

5. Tienen que saber de teología, administración, psicología, consejería, construcción, mecánica, plomería, carpintería, son choféres de guagua etc...un largo etcétera. La cosa se complica cuando no reciben ayuda de la iglesia...

6. Muchos padecen necesidades económicas.

7. Debido a su ajetreado trabajo no están conectados con el mundo. A veces no se enteran de algunas noticias y eventos que ocurren por atender a su iglesia.

8. Muchas veces pierden noches de sueño orando por pesonas de su iglesia y por problemas. La falta de sueño complica la salud. Yo tuve un pastor que se quedaba dormido guiando, orando, y sentado. Pasé muchos sustos cuando iba a su lado en el carro.

9. Muchos tienen problemas familiares. La diferencia ente un pastor y un miembro de la iglesia es que el pastor normalmente no tiene a quién consultar cuando tiene problemas familiares.

10. Muchos experimentan periodos de depresión por las razones mencionadas arriba.

La próxima vez que veas a tu pastor abrázalo. A muchos les hace falta. Ellos por lo general son los que le dan ánimo a su congregación mientras muchas veces por dentro están destruidos. La parte más difícil de un pastor es dár animo cuando él está desanimado.

Por eso no le compliques la vida a tu pastor. Vive como Dios manda. No le des problemas y si te da un consejo, síguelo.

TRaducido y adaptado de http://ow.ly/mI9uj